Quisiera regresar al debate sobre la absurda idea de nombrarse a sí mismos los representantes de Dios en la Tierra para “mejorar” la vida de la Humanidad.
Siempre había una capa de la sociedad que intentaba de convencer a la Humanidad cambiar la vida por el más correcto, puro, sano, etc. modo de vida a cambio de entrar en el cielo o –la versión moderna- crear un paraíso terrenal.
Pero primero de todo me gustaría aclarar que es la Humanidad a quien dirigen sus eslóganes los izquierdistas que lo confunden con los humanos. Si miramos alrededor nuestro todo absolutamente todo desde un sartén en nuestra cocina hasta un satélite todo es la obra de esta misma Humanidad porque no hay ni un solo Humano en la tierra que sabe hacer un televisor, un PC, un coche, un trozo de papel o un simple sartén desde cero –es decir sabe encontrar hierro, petróleo, etc. en la tierra, extraerlos, elaborarles, etc.- así que la Humanidad es aproximadamente 5.000 millones -es decir todos los humanos en la tierra- veces más sabia que un solo humano.
Una alegoría será: Hay dos pulgas sobre un elefante que va caminando sobre la jungla y una pulga dice a otra “¿A dónde va? ¡¿No lo veas que va a la dirección incorrecta?!” Pues a donde va este elefante que se llama Humanidad no lo sabemos... de momento.
Es curioso que las colonias americanas no consiguieran implantarse en el continente americano hasta que los ingleses no empezaron a imitar a los españoles llevando al continente americano no solo a los humanos sino a la humanidad como tal, es decir no solo a los campesinos, sino también a los herreros, carpinteros, paletas, mercaderes, marineros, cazadores, piratas, pescadores, pastores, abogados, jueces, soldados, etc., etc., etc.
Otros enlaces:
El camino de la destrucción de la civilización.
La reencarnación de Jesus o un caso de psiquiatría.
El darwinismo y el racismo son inseparables.
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